Transformación del Perfil y la Mordida

El punto de partida de la paciente muestra un desafío significativo en la estructura ósea de su rostro, una condición conocida como retrusión mandibular. Al mirar su perfil, se evidencia que la mandíbula y la barbilla se encuentran retraídas o "hundidas" con respecto al resto de su cara, lo que resulta en un perfil facial menos proyectado y una falta de definición clara entre la mandíbula y el cuello. Además de este problema estructural, la paciente se encuentra en tratamiento activo con frenillos (ortodoncia). Este paso es crucial, ya que alinea los dientes y los prepara para que encajen correctamente una vez que los huesos sean movidos durante la cirugía, mostrando que se estaba llevando a cabo una preparación fundamental para una corrección mayor.

Se revela un cambio espectacular y exitoso en la armonía facial. La barbilla y la mandíbula han sido avanzadas y reposicionadas a una ubicación ideal. Este movimiento corrige la retrusión original, creando un perfil recto y fuerte que proyecta la barbilla y establece una línea de mandíbula muy definida y elegante. La paciente ya no usa frenillos, y su sonrisa es visiblemente más amplia, natural y cómoda, señalando que la mordida ha sido corregida y ahora los dientes superiores e inferiores encajan perfectamente, lo cual elimina la tensión que a menudo acompaña a la maloclusión.

Esta notable corrección estética no fue lograda con tratamientos superficiales, sino mediante una combinación de Ortodoncia y Cirugía Ortognática (cirugía de mandíbula). La ortodoncia preparó a la paciente alineando sus dientes, pero el verdadero cambio en la estructura facial provino de la cirugía, donde los huesos de la mandíbula fueron quirúrgicamente cortados y avanzados a la posición ideal. Este procedimiento resolvió el problema funcional de la mordida, y como resultado directo, transformó de manera impresionante el perfil y la definición facial de la paciente, logrando una armonía que se mantiene de forma permanente.